Ya Viví esta Película

Ya Viví esta Película

Del Pánico del 3D a la Fiebre de la IA

El Pánico de 2000: Cuando el 3D iba a Matarnos (y cómo la IA repite la historia)

El Eco del «Fin del Arte»

Si trabajas en el ámbito creativo, probablemente sientas un déjà vu. Cada pocos años, una nueva tecnología emerge y se desata el pánico. Hoy, el protagonista de todas las conversaciones es la «IA Generativa». Vemos titulares que proclaman el fin del diseño, la ilustración y la animación. Pero yo ya viví esta película, y el guion me suena mucho.

Para entender lo que pasará con la IA, tenemos que viajar al año 2000: la era de la gran «Burbuja del 3D».


El Fracaso de la «Apuesta Total»

A finales de los 90 y principios de los 2000, después del terremoto que supuso Toy Story, la industria de la animación entró en pánico. El 2D, el pilar de la industria durante un siglo, fue declarado «muerto». La nueva religión era el 3D, y los estudios se lanzaron a una carrera frenética por reconvertirse o morir.

Se invirtieron sumas de dinero astronómicas en la creencia de que la tecnología, por sí sola, era la respuesta.

El caso más emblemático de esta burbuja no fue el de un éxito, sino el de un fracaso colosal: Final Fantasy: The Spirits Within (2001). Fue un proyecto titánico que costó 137 millones de dólares de la época, una apuesta total por el fotorrealismo en 3D. El resultado fue un desastre financiero tan grande que llevó a la quiebra a su estudio, Square Pictures.

La industria apostó todo al 3D como el reemplazo de todo lo demás, y casi se lleva por delante a gigantes que olvidaron lo más importante: las historias y el arte, más allá de la herramienta.


El Paralelismo con la IA (y la Gran Diferencia)

Hoy, la IA Generativa ocupa el lugar que tuvo el 3D. Se nos presenta como el reemplazo inminente. Sin embargo, aquí es donde el paralelismo se vuelve más interesante, no por sus similitudes, sino por su gran diferencia: la barrera de entrada.

En el año 2000, el 3D se planteaba como una carrera de futuro que exigía una preparación técnica inmensa.

  • Requería un hardware carísimo y prohibitivo.
  • El software (como Maya, 3ds Max o Softimage) tenía una curva de aprendizaje brutal, de meses o incluso años.
  • Era una herramienta para especialistas, no para el público.

En cambio, la IA de 2024 se plantea de forma opuesta:

  • No se presenta como una carrera, sino como un gadget de consumo masivo.
  • Funciona en tu teléfono o en un navegador web.
  • La barrera de entrada es casi nula: «escribe una frase y presiona un botón».

El 3D era una herramienta de producción de alta fricción; la IA es una herramienta de consumo de baja fricción. El 3D te exigía ser un técnico antes que un artista; la IA parece decirte que no necesitas ser nada, solo tener una idea (o ni eso).


La Integración es la Verdadera Revolución

¿Qué pasó finalmente con el 3D? ¿Mató al 2D?

No. El pánico se desvaneció y la burbuja estalló. Lo que quedó no fue un reemplazo, sino una integración. El 3D no fue el fin, fue un camino más.

Se integró al ecosistema artístico. Hoy, es impensable ver una película de animación 2D que no use 3D para fondos, vehículos o cámaras (como en la espectacular Klaus). Y el 3D se ha beneficiado enormemente de los principios del 2D para ser más expresivo (como en la obra maestra Spider-Man: Into the Spider-Verse).

El 3D dejó de ser un fin en sí mismo y se convirtió en lo que siempre debió ser: una herramienta poderosa en la caja del artista.

Y eso, exactamente eso, es lo que pasará con la IA.

Hacia Más y Mejor

La IA generativa no es el fin del arte, es la expansión del lienzo. Pasará el pánico inicial, la fiebre especulativa y el hype de las redes sociales. Lo que quedará será una herramienta.

Una herramienta que permitirá a los animadores 2D crear fondos más ricos, a los artistas conceptuales explorar ideas a una velocidad impensada y a los estudios independientes competir con las grandes ligas. La IA no reemplazará al artista, sino que se convertirá en el pincel más extraño y potente que hayamos tenido.

Al final, la tecnología no resta, sino que suma. El ecosistema se hace más complejo, más rico y más interesante. El 2D, el 3D, el stop motion y ahora la IA… todo va a más y mejor.